Juventus expugnó el Olímpico y aún lucha por la Champions

ROMA (ESPNdeportes.com) - En el cierre de la trigésimo quinta jornada de la Serie A del Calcio, Juventus expugnó el Olímpico de Roma al ganarle a Lazio por la mínima diferencia, gracias al único gol del encuentro, firmado Simone Pepe.
De esta manera, los albicelestes se quedaron parados en cuarta posición con 60 puntos, mientras que la Vieja Señora se arrimó bastante, al ubicarse a cuatro unidades desde los capitalinos, si bien en séptima posición, con Roma y Udinese entre el Águila y los albinegros.
El resultado no fue para nada justo, puesto que Lazio hizo el gasto por todo el partido y merecía sumar los tres puntos. Sin embargo, los dioses del fútbol quisieron premiar la actitud amarrete que la visita mantuvo por los 90 minutos, penalizando las decisiones conservadores del técnico de Lazio sobre el final.
Los primeros minutos de juego fueron bastante equilibrados y, en ese periodo, los equipos aprovecharon para estudiarse. Sin embargo, por como se movían en la cancha los protagonistas, por las ideas de juego y las iniciativas, se entendió enseguida que eran los locales los que querían tomar las riendas del desafío.
Así, con el pasar de los minutos los muchachos de Reja se adueñaron de la maniobra, de la mano de un Zárate bastante inspirado, y arrinconaron a sus rivales. Sin embargo, les faltó claridad en los últimos quince metros, de manera que los albicelestes lograron asustar sólo acercándose o disparando desde afuera.
Juventus, por su parte, en toda la primera etapa logró asomarse cerca del área de Muslera sólo en dos ocasiones, pero en la segunda rozó el gol con un mano a mano de Matri que el portero uruguayo tapó de manera bárbara.
El complemento fue prácticamente igual a la primera etapa, con la diferencia que en los primeros minutos la fase de estudio fue sustituida por una tímida reacción bianconera; pero fue justo un ratito, tras el cual el mando regresó inmediatamente en las manos de Lazio.
Los capitalinos la movieron bien, coparon con grande precisión táctica cada espacio de la cancha y, esta vez, respecto al primer tiempo, fueron un poco más concretos. Al minuto 20 parecía haber llegado la ocasión que debía premiar a los locales, cuando Floccari se metió bien en el área y Chiellini lo bajó evidentemente.
El referí, sin embargo, no cobró nada y ni tampoco lo amonestó al delantero por simulación, factor que echa alguna sombra en la conciencia del arbitro. Poco más tarde, Zárate no alcanzó por cuestión de centímetros un buen pelotazo en el área, fallando una chance bastante clara.
Delneri no cambió la actitud de su equipo y, al revés, la enfatizó, cambiándolo a Matri por Toni, casi como a sugerirle a sus muchachos los recursos del pelotazo largo y del centro a la olla como únicos esquemas ofensivos.
Pero el referí y la visita pusieron lo suyo para darle una mano al técnico de la visita: en efecto, al minuto 35 Ledesma cometió una falta en el medio de la cancha y se vio amonestar por segunda vez, dejando a sus compañeros con hombre de menos.
La segunda amarilla, reglamento a la mano, fue indiscutible. Sin embargo, el reglamento debería ser aplicado con tanta justicia para ambos equipos. En cambio, el arbitro, poco antes de echarlo a Ledesma, lo perdonó a Pepe no mostrándole la segunda amarilla, así como no lo amonestó a Felipe Melo por una falta que estaba hasta para la "anaranjada".
Reja completó el "favor" a sus rivales asustándose y sacándolo a Zárate, para ponerlo a Bresciano. Una movida que atemorizó un poco también a sus jugadores, mientras que le dio coraje a sus rivales.
De todas maneras, a pesar de todas estas condiciones favorables, Juventus tuvo que sacar el clásico comodín para llevarse éstos tres puntos, cuando a 180 segundos desde el final Toni peinó un pelotazo largo y desvió el balón hacia Pepe, parado en el área algo por izquierda.
El alero controló bien y remató rápidamente, pero su disparo hubiera sido fácilmente neutralizado por Muslera, de no ser por la desafortunada desviación de Scaloni, quien vio el balón impactar sobre su taco y cambiar totalmente trayectoria, para meterse mansamente en el fondo de la red.
Al final, el entrenador local lo puso a Kozák, jugador que hubiera sido útil mucho antes, cuando Lazio seguía controlando a pesar de la inferioridad numérica. También esa movida, entre otras, explica de manera clara como hizo el Águila a perder este desafío, así como perdió el match de la semana pasada ante Inter, ambas veces tras haber dominado y jugado realmente muy bien.